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De Guitarra a Guitarrón…

Durante todo este año hemos realizado bancos de pruebas de diversas guitarras, deteniéndonos en las particularidades de cada modelo. El formato banco de pruebas es muy útil para escudriñar al máximo el conocimiento del producto. No obstante, parece una buena idea cerrar el año con una visión general sobre cómo está el mercado de las guitarras y las necesidades medias que puede tener un guitarrista. Allá vamos…

A lo largo de ya más de una década, hemos ido analizando una gran variedad de guitarras: clásicas, de flamenco, eléctricas, acústicas, seis cuerdas, doce, barítono, americanas, chinas, mejicanas, alemanas, italianas etc.

Recorremos las ferias a nivel mundial: Musikmesse Frankfurt, Shanghai, NAMM (Los Ángeles) etc., para ver lo que se cuece y saber cuáles son las últimas novedades y cuáles de ellas son las que nos llegan a España. Hay que tener en cuenta que no siempre llegan a los catálogos de las tiendas todo lo que se ofrece a nivel mundial.

La intención de este artículo es la de hacer un recorrido por las necesidades del guitarrista, analizar las diferentes familias de productos que va a ir necesitando a lo largo de su trayectoria, así como proyectar una visión en torno a los diferentes factores que afectan a los instrumentos que encontramos en las tiendas. Hay que valorar, además de sus componentes, tipo de fabricación, materiales etc., otras cuestiones del mercado a tener en consideración.

El guitarrista
Muchos de nosotros hemos empezado trasteando con una guitarra española, hasta ir pillando el rollito y desear así, más tarde, nuestra primera eléctrica. El primer amor: generalmente un “bicho” ponzoñoso, muchas veces de segunda mano o de precios tan baratos que procuran a la larga un instrumento de cuestionables características.

El aprendizaje
En este sentido, no debemos confundir lo barato con lo malo. Parece sensato evaluar la relación entre la calidad o prestaciones que recibimos por cada euro invertido. Hay empresas, importadoras, especialmente dedicadas a productos de gamas medias o bajas. Esto no las hace peores, pues se especializan generalmente en conseguir instrumentos a buenos precios que den la talla. Muy probablemente, un músico sin experiencia no sabrá diferenciar un guitarrón perfectamente afinado de una castaña, así que parece lógico empezar por algo que se adecúe a nuestro nivel.

Los problemas en este sentido suelen venir:

a) Cuando el importador o tienda quiere que se trate a sus productos de aprendizaje como productos de lujo. No lo son y deben ser enmarcados en el contexto que merecen, pues es sin duda imprescindible disponer de buen material para empezar.
b) Cuando dentro del precio económico se incluye el “todo vale”. Afortunadamente esto pasa en pocas ocasiones, pero hay que tener muy en cuenta que un instrumento muy barato, con las cuerdas a 2 centímetros del mástil e imposible de afinar, será una tortura para cualquiera que desee aprender. Lo más probable es que se desanime antes de cogerle el punto.

En resumen, podemos constatar, porque hemos probado diferentes marcas con estos resultados, que hay guitarras de apenas 140 € con unas prestaciones magníficas, en relación a su precio. Hay que procurar que tengan un tacto medianamente confortable y que sean de lo más estable (en afinación) posible.

Segundos pasos
Cuando el primer instrumento queda pequeño empezamos a pensar en algo un poco más apetecible. Aunque, generalmente, en esta etapa aún se consideran más los criterios estéticos que la estabilidad, precisión y afinación. Por norma general, se debe a que aún no somos capaces de distinguir con nitidez todos los detalles de una gran guitarra.

En este momento pasamos a una guitarra que puede rondar los 400€ por arriba, eléctrica y tal vez empezamos a echar el ojo a las acústicas, aunque ésta seguramente vendrá más tarde.

El músico aquí ya suele tener identificado el tipo de sonido que más le enrolla. Fino, gordote, con más cuerpo , sustain, agresivo; Se interesa por los distintos tipos de pastillas y puentes etc.

En este bloque del mercado hay una lucha encarnizada entre los fabricantes, marcas y distribuidores. Seguramente porque se trata de una de las parcelas (en tramo económico) que mayores ventas obtiene. Se venden muchas más guitarras de medio pelo que “megaguitarrones”.

Si te encuentras en este momento de tu recorrido, tienes que tener claro que hay una gran diferencia entre unos productos y otros. Además de grandes distancias en sonidos y características, existen enormes diferencias entre las calidades que, al mismo precio, ofertan unas y otras compañías. Tanto es así que podemos afirmar que hemos probado, en laboratorio ISP Música, guitarras de 900 € con peores resultados y calidades que una de 500 € de otra marca.

Siguiendo en este nicho de mercado, creo que es conveniente enumerar algunas de las tendencias comerciales más habituales. Algunos de los fabricantes se preocupan más por la imagen que por el producto en sí mismo. Hay que tener en cuenta todos los puntos de vista para que el instrumento ofrezca lo que el usuario espera en términos de calidad: Desde el del profesional de comunicación o ventas, hasta el del usuario.

Algunas empresas de reconocido prestigio (no todas, por suerte) aprovechan la inercia de los éxitos pasados, de su liderazgo en ciertos momentos de la historia de la guitarra, para “encasquetar” cacharros que nada tienen que ver con lo que les hizo famosos en su día. Además muestran cierta prepotencia con el usuario y aledaños. Lo que nos interesa es el precio, la calidad, el servicio y el producto en sí mismo…Esto debería ser lo prioritario a la hora de comprar.

Se reproducen copias de guitarras legendarias, o que lo fueron en su día, pero con otros materiales (maderas), fabricados en distintos lugares, con otra electrónica, hardware, diferentes procesos de secado y fabricación, etc. Incluso se generan segundas marcas de estas primeras, para poder abaratar más el coste y justificar su reducción de calidad. Esta idea no estaba mal, aunque actualmente, bajo mi punto de vista, esto ya ocurre también en algunas de las primeras marcas, que nada tienen que ver con el producto inicial.

Si a esto se le suman connotaciones de empresa “sobrada”, que puede permitirse ciertos lujos, incluso haciendo esperar al usuario a la hora de comprar, o vendiendo casi como si te hicieran un favor, llega el momento de plantearse seriamente la cuestión. Creo que será interesante adentrarnos en el futuro en este terreno, para ir desmigajando con precisión algunas de las “trampas” en las que suele caer el “usuario común”.

Desde aquí recomendamos que exijas el servicio que mereces, que no toleres los abusos, ni en precios, ni en plazos de entrega. Por otra parte, te recomendamos que consideres seriamente que, en algunos casos, pagas más marca que otra cosa y que según cuál sea (no todas, por supuesto), se invierte más esfuerzo en “que parezca” que “en que sea”, utilizando el renombre conseguido en el pasado. Hay marcas aparentemente emergentes, que labran en la actualidad su camino y ofrecen una calidad excepcional a mejores precios que otras supuestamente líderes. Evalúa con tiempo tu compra.

Nos hacemos más maduros
Una vez más currados, empezamos a distinguir con claridad nuestro sitio. Qué sonido buscamos y qué detalles procuran excelencia a una guitarra. Percibimos con más precisión la riqueza de los matices, la estabilidad de octavación, la precisión de nuestros pasajes, el poder de una buena dinámica etc.

Es entonces cuando nos planteamos adquirir un buen guitarrón. Y cuando la cosa avanza, nos damos cuenta de que con un único instrumento nos quedamos bastante cojos. Para cubrir diferentes técnicas, estilos o parcelas sonoras, utilizaremos instrumentos muy contrapuestos.

Os emplazo desde aquí a un próximo artículo en el que hablaremos sobre las combinaciones más adecuadas. Es decir, una vez que pasamos a adquirir varias guitarras, supuestamente definitivas, podemos analizar cómo plantearnos el modo en el que unas y otras se complementan. Abrimos un tema en el foro ISP Música, para que vayáis dejando vuestras consideraciones al respecto. Así las contemplaremos en un artículo que reúna vuestras impresiones. Abordaremos la cuestión, por separado, en eléctricas, acústicas, nylon y otras guitarras más “específicas”.

Finalizar con más de lo mismo que en la parcela anterior. Tened en cuenta que puestos a gastar ya una pasta considerable, existen abundantes alternativas. En ocasiones la mente puede obcecarse en adquirir una guitarra “x” con sonidos cristalinos y ataque, por “marquitis”, cuando otras menos conocidas por el público seguramente les dan buena caña: Tyler, Suhr, Parker.

Tal vez en el caso de Gibson sea más difícil encontrar un buen rival (hablando en gama alta). De todos modos… hablaremos sobre ello.

(Por David Martin de http://www.ispmusica.com/)

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